sábado, 25 de marzo de 2017

¿Que habrá pasado?

Desperté y todo era diferente, ya nada era como antes.
Te fuiste y contigo te llevaste las mejores cosas.
El despertar con una sonrisa en mi rostro.
El café por la mañana, llevado directamente a mi cama.

Lica 🐼💙

domingo, 19 de marzo de 2017

Lico 💙🐼

Hoy te vi

Tanto tiempo sin verte y finalmente te vi.
Este viernes mi día que estaba gris se convirtió en uno lleno de estrellas y aunque la noche no las tenía tú las pusiste en mi mente y mi corazón.
Sólo yo sé cuánto te quiero pero mi pregunta o más bien dicho incógnita es: ¿Tú sientes lo mismo?.
Sólo tú sabes la respuesta y mataría por saberla pero es mejor vivir en la fantasía de lo que puede ser.

Lica 🐼💙

martes, 14 de marzo de 2017

Juventud.

Estamos destinados a la catástrofe.
Somos un auto cayendo por un barranco.
Somos la jaqueca de los domingos al mediodía.
Somos un montón de cristales rotos que se han desviado de su propósito.
Nos derretimos sobre la acera cuando el día está envuelto en una canícula, nos mezclamos, nos empujamos.
Siempre somnolientos y cansados.
Siempre más deshechos que el fin de semana pasado.
Nos estamos yendo.
Estamos corriendo, nuestros pulmones se están quemando, nuestras suelas se están devaratando.
Tu sonrisa se está desmoronando, al igual que la tarde.
Tu juventud se está desvaneciendo, al igual que tu vida.
Tan predecible, tan llena de sábados ácidos y domingos acedos.
Con moscas al rededor de tus semanas.
Y hormigas caminando por tu cocina.
Al final siempre estamos frente la ventana, mirando los colores pastel del amanecer.
Siempre medio muertos.
Medio vivos.

sábado, 11 de marzo de 2017

No sé con cómo empezar cuando necesito hablar de mí, tampoco supe que título acreditarle a este escrito.
Porque, ¿qué cosa podría interesarle a las personas acerca de mí? No hay mucho que decir, tengo 15 años y soy Leo, ni siquiera creo en los signos zodiacales, pero no se me ocurrió algo interesante para escribir.
Vivo en México, tengo tres hermanos, y me gusta contar los pasos de mi casa a la parada de autobuses, porque siempre es un número diferente.
Pero supongo que ninguna de esas cosas importa. ¿O sí?

Me gusta escribir.

Me gusta escribir, porque de esa forma confirmo que mis sentimientos son reales, viven dentro de mí, y gritan en mi pecho, se hacen acentuar.
Me gusta escribir porque se siente como si alguien abriera tu pecho y dejara salir todas esas sensaciones que vuelan en tu interior.
Me gusta escribir porque siento que de esa forma puedo comprenderme cuando nadie lo hace, ni siquiera yo.
Me gusta escribir porque entonces puedo abrir mi mente e intentar descubrir qué quiero decirle a los demás.
Me gusta escribir porque puedo ser yo misma, no necesito que nadie me diga qué hacer, que decir, ni mucho menos que sentir.
Me gusta escribir porque es gratis.
Me gusta escribir porque las palabras ahuyentan a la soledad.
Porque así puedo intentar describir pedazos de mi vida, y los demás pueden intentar encajar esos pedazos en la suya.

Es raro, porque para unas personas soy una persona extraña y para otras soy una persona corriente, no sé cual sea la buena o cual sea la mala, pero se siente como si fuese dos personas totalmente diferentes. Como si en una vida me gustara escribir y en la otra casi pareciese que no ante otros ojos. Me gusta que las personas no sepan nada de mí, por eso fue algo difícil sincerarme aquí.

RESPIRA EL MOMENTO




Soy FABRICIO ZEPEDA, creo que soy el más viejo de todos xD, tengo 18 años, soy de Tegucigalpa, Honduras. Amo escribir, es parte de mi vida, como alguna vez dije, las letras son un catete que filtra lo que soy por dentro y lo derrama en forma de arte. Sé que no soy candidato al Nobel y que a lo mucho y pueda considerarme un escritor real. Como yo hay muchos más, y este espacio es un ensayo para dejar salir el talento que con obviamente trabajo, estoy seguro que llegaremos a explotar. Espero disfruten de nuestra compañía palpada en nuestras obras como nosotros el compartirlas con ustedes. Este es mi primer post en este proyecto que llevamos a cabo un pequeño grupo de soñadores que deseamos compartir con lectores curiosos nuestra arte por medio del blog. Hace mucho tiempo no escribía una entrada y la ocasión de esta noche lo amerita. En este espacio cada uno de los editores es libre de compartir lo que se le venga en gana, columnas de opinión, críticas a nuestros queridos gobiernos, la sociedad, poemas ya sean propios o ajenos, cuentos, o hasta capítulos de la historia que quieran y necesiten contar. En fin…

A eso de las 3 de la tarde mientras en mi casa nos inundábamos con  lo más sad de Ricardo Arjona pasó una desgracia. Desde el corredor que conecta la calle a la sala interior comenzaron a colarse gritos desesperados de la vecina del frente. Mi perro correteaba desesperado saltando de sillón en sillón y arañando la puerta. Me dio por asomarme afuera. A tres casas junto a la mía un incendio estaba consumiendo el estómago a ese humilde hogar. Desesperados todos los vecinos, incluyéndome llenamos baldes y hoyas con agua para calmar las llamas antes que se propagasen por la cuadra entera. Una de las vecinas llamó al 911 para denunciar la emergencia. Uno de los albañiles que trabaja en una construcción en la misma calle fue el primero en vislumbrar el humo colándose bajo la puerta, al asomarse encontró a la dueña de la casa, una señora de al menos 60 años tirada en medio de las llamas. El hombre desesperado rompió una de las ventanas para rescatar a la mujer. Gracias a la colaboración de todos, logramos controlar el incendio y la mujer fue llevaba a urgencias. Según se nos dijo media hora después, la mujer se debate entre la vida y la muerte, víctima de la gravedad de las quemaduras.
Durante estos últimos días he estado pensando en lo finito de nuestra vida. Todos tenemos consciencia que la señora muerte tocará la puerta un día de estos y sin elección seremos llevados a dar un paseo sin regreso al panteón. Es la única verdad en la vida y no podemos olvidarla o enterrarla, mucho menos escapar. Y a lo largo de la historia humana, nuestros antepasados establecieron ritos sagrados para la muerte.
Pero el entretenimiento, muchas veces nuestros padres, amigos o la juventud misma nos ciegan. Muchas veces me repetí ´´es mejor ni pensarlo´´. Pero a la vez que ignoramos la muerte para VIVIR, el momento muere. El trabajo, los estudios, en algunos casos la religión, la tecnología o nuestras emociones nos privan de vivir. Desde niños planeamos un futuro que tardará años en llegar y sacrificamos el ahora para asegurar el futuro al que quizá nunca lleguemos. Quien quita que un día de estos el bus en el que viajamos a la escuela se vuelque, una bala fugitiva nos perfore la cabeza o un dolorcito en la espalda resulte ser un tumor que nos acorte la carrera a un par de meses. El ser humano nació de la mano con la muerte y es parte nuestra. Y nosotros, yo, soy un suspiro que con suerte y llegue a los 70s sin achaques. y vestido con la canicie pasaré mis últimos días lamentándome de cada segundo que desperdicié.
Chicos, vivamos el momento (sin descuidar el futuro, claro) seamos felices y sonriamos a la vida porque aunque digan lo contrario no tenemos derecho a sentirnos tristes, cada suspiro es irrepetible y lamentablemente se va en un pestañeo. La vida tampoco es color de rosas, pero nosotros mismos nos fabricamos nuestra felicidad. Construyamos esos recuerdos de plenitud que valga la pena remembrar cuando la muerte nos tome la mano y la tierra abra su boca para tragarnos en el olvido. Ese es el punto del verso que ya había compartido con anterioridad en la página de Facebook.
Si sos escritor y querés un espacio libre para abrirle camino a las letras dentro, dejanos un mensaje en la página de Facebook https://www.facebook.com/TiempoDormido/. Todos son bienvenidos.


Llenamos ese vaso con llanto
De ayer, de la semana pasada
Y lo que lloraremos hoy.
No hay que culparlo,
Sostiene el equilibrio en la cabeza.
Podemos dormir
Y soñar para descansar
Antes que volvamos a derramar la vida
Dentro del vaso.

Los ataúdes son leyendas perennes para los vivos.
Amor mío, no convirtamos nuestras horas en actos fúnebres
No podemos apresurar el paraíso
Y la vida no tiene dentadura en su sonrisa.
Amor mío, lloremos dentro del vaso,
Borremos el fuego ardiendo el alma,
Escupamos, expulsemos los complejos
Y las espinas de todos los días
Que nos están hiriendo el espíritu.

Amor mío sonríe,
Estoy de este lado de la historia
Con las alas abiertas,
Puedo atraparte en un abrazo
Que restaure tu humanidad.
Puedo abusar de una guitarra
Y mi canto desafinado
Para exsaltar tu belleza,
La naturaleza pintada de arcoiris
En tu corazón.
Amor mío, usemos el vaso para deshacerse de los lamentos
Y vivamos como nunca,
Que no somos para siempre.

FABRICIO ZEPEDA
UNA NOCHE A MITAD DE LA SEMANA:

Las sombras me persiguen.
Avasallantes.
Están gritándome, lanzando exclamaciones bulliciosas que no puedo comprender, chocan en mi cabeza, se desvanecen al tacto.
La noche está aplastándome, los velos de luz ambarina me salvan en cada esquina, pelean con la oscuridad que casi se apodera de mi alma.
Todas esas bocas largas y abiertas no dicen nada, sus lenguas de fuera se han convertido en tapetes, no susurran, no suspiran, no se desgarran sus gargantas, sus voces permanecen flotando como moscas dentro de sus pechos. Y yo sigo pateando piedras sucias en la calle. En el frío. En la humedad.
Todos esos cuerpos sin mente caminan a mi lado, sus corazones palpitan, zumban, pero eso no quiere decir que estén vivos, no del todo. Cada quien está tan concentrado en su camino, que no tienen tiempo para desviarse por otro, para descansar de toda esa tensión que martillea en sus cabezas, sus mediocres relojes los regañan, les exigen respetar las manecillas.

¿Y para qué?

Si mañana todos nos quedaremos sin pila.

Si mañana todos vamos a descomponernos.