sábado, 11 de marzo de 2017

RESPIRA EL MOMENTO




Soy FABRICIO ZEPEDA, creo que soy el más viejo de todos xD, tengo 18 años, soy de Tegucigalpa, Honduras. Amo escribir, es parte de mi vida, como alguna vez dije, las letras son un catete que filtra lo que soy por dentro y lo derrama en forma de arte. Sé que no soy candidato al Nobel y que a lo mucho y pueda considerarme un escritor real. Como yo hay muchos más, y este espacio es un ensayo para dejar salir el talento que con obviamente trabajo, estoy seguro que llegaremos a explotar. Espero disfruten de nuestra compañía palpada en nuestras obras como nosotros el compartirlas con ustedes. Este es mi primer post en este proyecto que llevamos a cabo un pequeño grupo de soñadores que deseamos compartir con lectores curiosos nuestra arte por medio del blog. Hace mucho tiempo no escribía una entrada y la ocasión de esta noche lo amerita. En este espacio cada uno de los editores es libre de compartir lo que se le venga en gana, columnas de opinión, críticas a nuestros queridos gobiernos, la sociedad, poemas ya sean propios o ajenos, cuentos, o hasta capítulos de la historia que quieran y necesiten contar. En fin…

A eso de las 3 de la tarde mientras en mi casa nos inundábamos con  lo más sad de Ricardo Arjona pasó una desgracia. Desde el corredor que conecta la calle a la sala interior comenzaron a colarse gritos desesperados de la vecina del frente. Mi perro correteaba desesperado saltando de sillón en sillón y arañando la puerta. Me dio por asomarme afuera. A tres casas junto a la mía un incendio estaba consumiendo el estómago a ese humilde hogar. Desesperados todos los vecinos, incluyéndome llenamos baldes y hoyas con agua para calmar las llamas antes que se propagasen por la cuadra entera. Una de las vecinas llamó al 911 para denunciar la emergencia. Uno de los albañiles que trabaja en una construcción en la misma calle fue el primero en vislumbrar el humo colándose bajo la puerta, al asomarse encontró a la dueña de la casa, una señora de al menos 60 años tirada en medio de las llamas. El hombre desesperado rompió una de las ventanas para rescatar a la mujer. Gracias a la colaboración de todos, logramos controlar el incendio y la mujer fue llevaba a urgencias. Según se nos dijo media hora después, la mujer se debate entre la vida y la muerte, víctima de la gravedad de las quemaduras.
Durante estos últimos días he estado pensando en lo finito de nuestra vida. Todos tenemos consciencia que la señora muerte tocará la puerta un día de estos y sin elección seremos llevados a dar un paseo sin regreso al panteón. Es la única verdad en la vida y no podemos olvidarla o enterrarla, mucho menos escapar. Y a lo largo de la historia humana, nuestros antepasados establecieron ritos sagrados para la muerte.
Pero el entretenimiento, muchas veces nuestros padres, amigos o la juventud misma nos ciegan. Muchas veces me repetí ´´es mejor ni pensarlo´´. Pero a la vez que ignoramos la muerte para VIVIR, el momento muere. El trabajo, los estudios, en algunos casos la religión, la tecnología o nuestras emociones nos privan de vivir. Desde niños planeamos un futuro que tardará años en llegar y sacrificamos el ahora para asegurar el futuro al que quizá nunca lleguemos. Quien quita que un día de estos el bus en el que viajamos a la escuela se vuelque, una bala fugitiva nos perfore la cabeza o un dolorcito en la espalda resulte ser un tumor que nos acorte la carrera a un par de meses. El ser humano nació de la mano con la muerte y es parte nuestra. Y nosotros, yo, soy un suspiro que con suerte y llegue a los 70s sin achaques. y vestido con la canicie pasaré mis últimos días lamentándome de cada segundo que desperdicié.
Chicos, vivamos el momento (sin descuidar el futuro, claro) seamos felices y sonriamos a la vida porque aunque digan lo contrario no tenemos derecho a sentirnos tristes, cada suspiro es irrepetible y lamentablemente se va en un pestañeo. La vida tampoco es color de rosas, pero nosotros mismos nos fabricamos nuestra felicidad. Construyamos esos recuerdos de plenitud que valga la pena remembrar cuando la muerte nos tome la mano y la tierra abra su boca para tragarnos en el olvido. Ese es el punto del verso que ya había compartido con anterioridad en la página de Facebook.
Si sos escritor y querés un espacio libre para abrirle camino a las letras dentro, dejanos un mensaje en la página de Facebook https://www.facebook.com/TiempoDormido/. Todos son bienvenidos.


Llenamos ese vaso con llanto
De ayer, de la semana pasada
Y lo que lloraremos hoy.
No hay que culparlo,
Sostiene el equilibrio en la cabeza.
Podemos dormir
Y soñar para descansar
Antes que volvamos a derramar la vida
Dentro del vaso.

Los ataúdes son leyendas perennes para los vivos.
Amor mío, no convirtamos nuestras horas en actos fúnebres
No podemos apresurar el paraíso
Y la vida no tiene dentadura en su sonrisa.
Amor mío, lloremos dentro del vaso,
Borremos el fuego ardiendo el alma,
Escupamos, expulsemos los complejos
Y las espinas de todos los días
Que nos están hiriendo el espíritu.

Amor mío sonríe,
Estoy de este lado de la historia
Con las alas abiertas,
Puedo atraparte en un abrazo
Que restaure tu humanidad.
Puedo abusar de una guitarra
Y mi canto desafinado
Para exsaltar tu belleza,
La naturaleza pintada de arcoiris
En tu corazón.
Amor mío, usemos el vaso para deshacerse de los lamentos
Y vivamos como nunca,
Que no somos para siempre.

FABRICIO ZEPEDA

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